
Kael Sombría
Antagonista Principal / Señor de las Artes Prohibidas
Facción
Estado
Rasgos
La Infancia Perdida: Kael Sombría de Aetheron no comenzó como un monstruo. Una vez fue un niño que jugaba con su hermana Lyria 'entre árboles ancestrales, sus risas mezclándose con el susurro del viento'. Tenía 'cabellos oscuros como la medianoche' y junto a Lyria, de 'mechones que atrapaban la luz del sol', hicieron una promesa infantil bajo las estrellas: 'Siempre juntos, Lyria.' 'Siempre, Kael.'
La Seducción del Poder: Su caída comenzó con su ambición descontrolada. Kael desarrolló las Artes Prohibidas, 'hechizos que susurraban promesas de poder eterno a cambio de la cordura, del alma, del futuro'. Como él mismo proclamó: 'El verdadero poder no conoce límites, solo apetitos.' Su visión era crear 'un universo rehecho a nuestra imagen, sin las cadenas de una moralidad impuesta.'
La Transformación Monstruosa: Durante la Guerra de los Arcanos, Kael se había transformado en algo terrible. Su 'rostro pálido, enmarcado por cabellos como la noche, con ojos que ardían con la luz febril de un sol negro'. Sus 'manos esqueléticas tejían gestos intrincados, arrancando energía de la propia estructura del tiempo, retorciéndola en formas antinaturales.'
El Poder Titánico: Su dominio de las Artes Prohibidas era absoluto. Controlaba completamente la necromancia y las crono-distorsiones. Su poder era tal que 'flotaba en el epicentro de un vórtice de energías oscuras' y su silueta 'se distorsionaba, a veces pareciendo más grande que una montaña, otras encogiéndose hasta ser un punto de oscuridad devoradora.'
La Devastación de Aethelgard: Durante la batalla final, Kael y Lyria transformaron el cielo en 'una herida abierta, sangrando colores imposibles'. Su poder combinado causó que 'continentes enteros se convulsionaran' y que 'ciudades que habían tardado milenios en construirse' fueran 'borradas de la existencia en un parpadeo'. La capital flotante Aethelgard se convirtió en 'un amasijo de escombros precipitándose hacia el vacío'.
La Confrontación Final: En su arrogancia, Kael ofreció a Lyria unirse a él: '¡Únete a mí. Juntos, seremos dioses!' Pero cuando ella decidió sacrificarse para detenerlo, por primera vez mostró una emoción distinta a la arrogancia: '¡No! ¡Lyria, no te atrevas!' - una mezcla de miedo y, posiblemente, arrepentimiento llegando demasiado tarde.
El Exilio Dimensional: Fue arrastrado hacia 'una de las fauces más oscuras de la realidad desgarrada, una dimensión de sombras y ecos fríos'. Su poder, inmenso como era, no pudo evitarlo, o quizás 'en ese último instante, una chispa de lo que fue lo hizo dudar'. Tras más de mil años en el exilio, ha regresado para reclamar lo que considera suyo, incluyendo a la reencarnación de su hermana.
El Precio de la Ambición: Su obsesión por el poder no solo lo corrompió a él, sino que destruyó el mundo: 'Noventa por ciento de su población, aniquilada. Conocimiento perdido. Ciudades convertidas en leyendas susurradas.' El dolor de perder a su hermana por su propia locura es una herida que ni mil años han sanado.